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La virgulilla es un signo ortográfico en forma de coma, rasguillo o trazo. La virgulilla generalmente es identificada como la tilde de la eñe o virgulilla de la eñe.

martes, 16 de junio de 2015

La gramática lo es todo. ¿O quizá no?

Antes de empezar a reflexionar, me gustaría definir (según la RAE) unos conceptos importantes de estas dos sesiones.
Gramática: 1. f. Ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus combinaciones.
          4. f. Arte de hablar y escribir correctamente una lengua.
Léxico: 3. m. Vocabulario, conjunto de las palabras de un idioma, o de las que pertenecen al uso de una región, a una actividad determinada, a un campo semántico dado, etc.
Semántica: 1. adj. Perteneciente o relativo a la significación de las palabras.
Pragmática: 3. f. Disciplina que estudia el lenguaje en su relación con los usuarios y las circunstancias de la comunicación.
Fonología: 1. f. Rama de la lingüística que estudia los elementos fónicos, atendiendo a su valor distintivo y funcional.

Atendiendo a estas definiciones, concretamente si nos fijamos en la cuarta acepción del término gramática, podemos afirmar que ésta es la base fundamental en el aprendizaje de una lengua. Lo es todo.
Ahora bien, si nos ponemos a desentrañar ese “todo” en las partes que lo componen, la cosa cambia. Cuando una piensa en la gramática, piensa en un conjunto de normas que organizan una lengua en cuanto a morfología, sintaxis y pragmática de la misma. Si nos centramos sólo en esta concepción del término, es justo afirmar que la gramática no es lo más importante a la hora de aprender una lengua, es sólo un elemento más del proceso. Porque es inútil que sepamos cómo se escribe una palabra, con qué otras palabras la puedo combinar para crear una frase y en qué momento se usa este tipo de lenguaje o esta forma verbal, si no sé de qué otro modo lo podría expresar, qué significa lo que estoy diciendo o cómo suena o se pronuncia.

Tenemos que tener claro que el objetivo principal a la hora de aprender una lengua, ya sea la materna o una segunda, es el de comunicarnos.
La comunicación se hace a través de la creación y decodificación de códigos, sean visuales o auditivos. Para generar un código correcto e inteligible es importante el conocimiento de los elementos que lo componen (léxico), en significado de éstos (semántica), el modo en que estos deben ser articulados y combinados (gramática), el uso -según el momento o el interlocutor- que se le debe dar a cada uno de ellos (pragmática) y cómo suenan (fonología). En este caso podemos afirmar que el dominio de cada una de las partes que componen el acto comunicativo tienen el mismo valor, son igual de importantes, porque si falla alguna de ellas la comunicación es incorrecta o incompleta e ineficaz. Por tanto si falla alguno de estos elementos no podemos afirmar que dominemos el uso de una lengua.
En conclusión. A la hora de ejercer nuestra práctica docente deberemos darle el mismo peso, la misma importancia, a todos los elementos que componen una lengua.

Y ahora viene el quid de la cuestión, ¿cómo lo haremos?, ¿qué método emplearemos?, ¿qué materiales son más adecuados?
Aquí intervienen distintos factores, como pueden ser el tiempo del que disponemos para nuestras lecciones y el tipo de alumnado al que nos enfrentamos.
No es lo mismo enseñar a niños que a adultos, ni es lo mismo tener una hora semanal durante unos meses, que varias horas durante un curso escolástico entero. Por eso debemos adaptar nuestra forma de enseñar y seleccionaremos los materiales que utilizaremos. Es obvio que el método inductivo es mucho más significativo, ya que es el estudiante quien construye su propio conocimiento acompañado y guiado por el profesor, como decía Paulo Freire “Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho”. Pero en multitud de ocasiones el “factor tiempo” juega en nuestra contra y tenemos que dedicarnos a exponer la teoría e intentar que el alumnado la comprenda, dar respuesta a preguntas no hechas.
Tanto en un caso como en el otro es primordial hacer una buena selección de los materiales que utilizaremos. Éstos deben ser acordes al tipo de alumnado al que nos enfrentamos, motivadores, representativos de lo que se quiere enseñar y coherentes. Huiremos de las tareas mecánicas y repetitivas, optaremos por aquellas que nos ayuden a interiorizar conceptos y desarrollar destrezas. Dentro de nuestras posibilidades tenemos que hacer pensar a nuestros alumnos y lo haremos a través de materiales que les sean útiles.

Analizando tareas.

ANALIZAMOS TAREAS

  1. Unir elementos. Ejercicio de Gramática.
A través de una orden directa se le pide al alumno que forme frases uniendo los elementos de las dos columnas. La forma verbal que se utiliza nos da a entender que se debe realizar la tarea de manera individual.
En el ejercicio no se le muestra ningún ejemplo de cómo tiene que hacerlo, aunque justo arriba encontramos la explicación de las oraciones subordinadas consecutivas, y en ella sí que se encuentran algunos ejemplos.
La frases del ejercicio no guardan ninguna relación entre ellas, es decir, no pertenecen a ningún campo semántico.
Al final la tarea se limita a escoger la mitad de la frase de una columna y unirla a otra mitad de la otra columna. Si el alumno no presta atención puede realizar el ejercicio por ensayo-error, ir probando hasta que le suene bien. Por tanto me parece un ejercicio aburrido y poco significativo. Ya que no se le pide al alumno que produzca nada de “cosecha propia”. Es más, no tiene ni siquiera que escribir, solo debe poner la letra correspondiente al lado de cada número, en la parte de abajo del ejercicio.
Se podría proponer una tarea similar, en la que sea el alumno quien deba poner los nexos consecutivos. Ofrecerle las “causas y/o consecuencias” y que este tenga que hacer nuevas frases a partir de ellas. Por supuesto, estas guardarán relación entre sí y con lo que hayan trabajado anteriormente, de manera que si en la parte de comunicación del tema hemos estado trabajando “la vacaciones” p.e, seguiremos este hilo argumentativo para trabajar también la parte de la gramática. Así, al mismo tiempo que ejercita la gramática, interioriza y hace significativos los conocimientos recién adquiridos en cuanto a vocabulario o funciones comunicativas.

2. Actividades de Role Playing. Ejercicio de Comunicación.
A través de una instrucción directa, se les pide a los alumnos que por parejas finjan hablar por teléfono y representar distintos papeles.
Como información se les proporciona:
  • A uno se dice el número al que tiene que llamar, con quién tiene que hablar y cuál es su relación con esta persona, el motivo de la llamada y una última instrucción que hace referencia a cómo desarrollar o terminar la conversación.
  • Al otro se le dice el número de teléfono que le pertenece, a quién tiene que representar, instrucciones para el desarrollo de la conversación y por último cómo debe terminar la misma.
Se trata de un ejercicio bastante divertido, aunque en mi opinión podrían haber puesto algún ejemplo más de situaciones (en este caso llamadas) formales, como cuando llamas a la universidad, al ayuntamiento, a un servicio de atención al cliente, etc. Situaciones por las que todos pasamos una u otra vez y para las que no estamos preparados para afrontarlas en una lengua que no es la nuestra (la materna).
El objetivo es que se pongan en la piel de otras personas, o que se imaginen a sí mismos hablando por teléfono y que sean capaces de llevar a cabo una conversación coherente. Para ello previamente se ha trabajado el vocabulario relacionado con las conversaciones telefónicas, el resto depende de la imaginación del alumno y del grado de conocimiento que este tenga de la lengua.
Creo en la utilidad de las tareas de role playing, porque considero que el afrontar diversas situaciones, aunque sean ficticias, hace que el aprendizaje sea significativo. Le damos utilidad y sentido a eso que hemos estado estudiando, al mismo tiempo que perfeccionamos nuestra pronunciación y trabajamos la comunicación no verbal (aunque en este caso al ser llamadas telefónicas no se trabaje este aspecto).



Ramos C., Santos MJ., Santos M. ¿Qué me cuentas de nuevo?. Novara. De Agostini, 2011.

viernes, 12 de junio de 2015

Métodos y Enfoques en la enseñanza de ELE.

Mi tercera tarea ha consistido en la creación de un Timeline, sobre lo métodos y los enfoques en la enseñanza de ELE.
En esencia los objetivos a la hora de enseñar o aprender lenguas no han cambiado con el paso de los años. Lo que cambia es más bien la forma en que se hace, adaptándola a la época en que se desarrolla.
Cambiar el modo en que se aprende o se enseña una lengua, requiere de un gran esfuerzo y de una gran inversión de tiempo. Motivo por el cual muchas veces los profesores o alumnos se quedan anclados al pasado y sus métodos, por simple comodidad.
En mi opinión, lo más importante es elegir un método que no esté centrado solamente en la enseñanza de contenidos (gramática, léxico, etc.), sino que se preocupe también de que éstos sean significativos, es decir, que tenga en cuenta las diferentes situaciones comunicativas a las que todos nos enfrentamos y los usos que hacemos de la lengua (pragmática). Asimismo tiene que tener en cuenta que la lengua no es solo un conjunto de palabras articuladas en un cierto modo, sino que es también un vehiculo de la cultura, porque aprender una lengua no es solo saber cómo se dice "x" palabra, sino conocer todos los elementos metalingüísticos y paralingüísticos que se relacionan con ella. Nuestro método debe ser lo más ameno posible, alejándonos de las viejas clases magistrales y los clásicos ejercicios repetitivos y aburridos. Éste tiene que centrarse más en el proceso que en los resultados, porque lo que queremos conseguir es que el alumno adquiera la competencia en esa lengua, o sea, que sepa comunicarse a través de ella, el perfeccionamiento de la misma viene a posteriori.

miércoles, 3 de junio de 2015

T1. “Los buenos y los malos profesores”.

En esta tarea debemos analizar las características de los buenos y los malos profesores de L2, basándonos en nuestra propia experiencia.
Por desgracia yo he tenido profesores de inglés (es la única lengua extranjera que he estudiado) solo del segundo tipo. ¿Por qué pienso esto? Pues porque desde el punto de vista académico carecían de todo lo que yo creo que es importante en una clase de cualquier materia, y de lengua extranjera en concreto.
Para empezar, sus clases eran monótonas, se apoyaban solamente en el libro, de manera que nos dedicábamos a hacer ejercicios, lecturas y “listenings”. Así, una y otra vez.
Es cierto que en aquella época no existían los recursos de los que disponemos hoy en día, pero tampoco creo que les interesara demasiado innovar.
Pienso que la falta de motivación o la comodidad de un puesto de trabajo fijo, hace mella en muchos docentes, a la vez que hay muchos a los que ni siquiera les gusta su trabajo. En el caso de los míos, esta actitud/falta de amor por su profesión, hacía que aprendiera solamente aquel al que le gustaba verdaderamente la materia, que todos nos aburriéramos muchísimo en sus clases y que llegáramos a odiar el inglés.
Uno pecaba de autoritario y el otro no sabía controlar sus impulsos nerviosos y sus cambios de humor, ninguno de los dos sabían relacionarse con sus alumnos, ni gestionar una clase de más de 20 personas.
Estos motivos me hacen llegar a la conclusión, que un buen profesor de L2 debe ser aquel que esté en constante evolución, elaborando materiales novedosos e interesantes para sus alumnos. Aprendiendo tanto cuanto enseña, es decir, debe seguir formándose y aprender de su experiencia y sus alumnos. Tenemos a nuestro alcance un abanico enorme de posibilidades para hacer que nuestras clases sean amenas, a la par que productivas y debemos utilizarlas, porque es tan importante la forma como el contenido.
Debe ser un líder, no un tirano. Hay que saber cómo tratar al alumnado, siempre desde el respeto y en sentido horizontal.
Debe hacer pensar y reflexionar a sus alumnos sobre su aprendizaje y hacer que éste sea significativo, al mismo tiempo que él mismo tiene que hacer un ejercicio personal de análisis y reflexión sobre su práctica docente.
Pero sobre todas las cosas, debe amar su profesión. Porque trabajar en aquello que te gusta, te hará ser feliz.



lunes, 1 de junio de 2015

¡Qué dificil es hablar el español!

¡Hola!
Esta es mi primera entrada en el blog. He creído oportuno publicar este vídeo ya que hoy en clase hemos estado hablando un poco del tema.


No hay un único español (obviamente no me refiero a la nacionalidad) y por tanto, no hay un único modo de hablarlo. La diversidad es riqueza y no hay duda que el español es extraordinariamente rico.