T1. “Los buenos y los malos profesores”.
En esta tarea debemos analizar las características de los buenos y los malos profesores de L2, basándonos en nuestra propia experiencia.
Por desgracia yo he tenido profesores de inglés (es la única lengua extranjera que he estudiado) solo del segundo tipo. ¿Por qué pienso esto? Pues porque desde el punto de vista académico carecían de todo lo que yo creo que es importante en una clase de cualquier materia, y de lengua extranjera en concreto.
Para empezar, sus clases eran monótonas, se apoyaban solamente en el libro, de manera que nos dedicábamos a hacer ejercicios, lecturas y “listenings”. Así, una y otra vez.
Es cierto que en aquella época no existían los recursos de los que disponemos hoy en día, pero tampoco creo que les interesara demasiado innovar.
Pienso que la falta de motivación o la comodidad de un puesto de trabajo fijo, hace mella en muchos docentes, a la vez que hay muchos a los que ni siquiera les gusta su trabajo. En el caso de los míos, esta actitud/falta de amor por su profesión, hacía que aprendiera solamente aquel al que le gustaba verdaderamente la materia, que todos nos aburriéramos muchísimo en sus clases y que llegáramos a odiar el inglés.
Uno pecaba de autoritario y el otro no sabía controlar sus impulsos nerviosos y sus cambios de humor, ninguno de los dos sabían relacionarse con sus alumnos, ni gestionar una clase de más de 20 personas.
Estos motivos me hacen llegar a la conclusión, que un buen profesor de L2 debe ser aquel que esté en constante evolución, elaborando materiales novedosos e interesantes para sus alumnos. Aprendiendo tanto cuanto enseña, es decir, debe seguir formándose y aprender de su experiencia y sus alumnos. Tenemos a nuestro alcance un abanico enorme de posibilidades para hacer que nuestras clases sean amenas, a la par que productivas y debemos utilizarlas, porque es tan importante la forma como el contenido.
Debe ser un líder, no un tirano. Hay que saber cómo tratar al alumnado, siempre desde el respeto y en sentido horizontal.
Debe hacer pensar y reflexionar a sus alumnos sobre su aprendizaje y hacer que éste sea significativo, al mismo tiempo que él mismo tiene que hacer un ejercicio personal de análisis y reflexión sobre su práctica docente.
Pero sobre todas las cosas, debe amar su profesión. Porque trabajar en aquello que te gusta, te hará ser feliz.
Hola Helena! Me gusta eso de que un profesor debe ser un lider pero no un tirano. Esa capacidad de liderazgo tiene que servir tambien para obtener el respeto de tus alumnos y no el miedo o el pasotismo. Una abrazo!
ResponderEliminarGracias Isa, me parece fundamental el modo en que tratamos a nuestros alumnos, porque dependiendo de este recibiremos diferentes comportamientos de nuestros alumnos como respuesta, y conseguiremos alcanzar buenos o malos resultados como profesores.
Eliminar¡Hola Helena! Estamos de acuerdo: enseňar para mí es también aprender. Me explico mejor: un profesor nunca deja de ser estudiante porque sigue formándose, como has dicho tú, e intenta mejorarse basándose en sus experiencias. Además, va enriqueciendo su método a lo largo del tiempo para que sus clases sean interesantes, productivas y eficaces.
ResponderEliminar¡Exacto! Hay que renovarse y no dejar nunca de aprender. ;)
Eliminar¡Hola Helena! Estamos de acuerdo: enseňar para mí es también aprender. Me explico mejor: un profesor nunca deja de ser estudiante porque sigue formándose, como has dicho tú, e intenta mejorarse basándose en sus experiencias. Además, va enriqueciendo su método a lo largo del tiempo para que sus clases sean interesantes, productivas y eficaces.
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